Cada día hay personas más conectadas con la noción de Sanar el Árbol Genealógico. Muchos autores, terapeutas, psicólogos e incluso religiones coinciden en la importancia que tiene sanar en el plano de la historia de la familia, sanar nuestro origen como una manera de liberar lo que no nos permite avanzar y tener más fuerza en todos los órdenes de nuestras vidas.
La idea sistémica parte de que el ser humano es un ente grupal y no viene solo a la vida. Así, para la existencia de un hijo es indispensable la existencia de unos padres y para la existencia de estos, fue necesario a su vez la existencia de los suyos y así podríamos irnos hacia atrás en el tiempo hasta el mismo comienzo de la creación de la vida. Cada persona es la punta de una pirámide de muchos seres humanos que han llegado antes y que permiten su existencia. Cada ser trae nuevos vínculos que enriquecerán los sistemas ya existentes y ampliará la historia.
Cada ser humano trae en si mismo toda la información de sus antecesores tanto a nivel psíquico como a nivel físico. Es aquello que llamamos herencia y se encuentra impreso en lo más profundo de nuestro ser, en nuestros genes y en el inconsciente colectivo de nuestra familia y tiene la capacidad de ser transmitida de generación en generación.
Así pues algunos heredan las manos grandes del abuelo, las piernas cortas del papá, los ojos oscuros y pequeños de mamá. Otros miembros de nuestra familia nacerán con los ojos verdes, piel pecosa y con las piernas largas evocando a otra parte de la herencia familiar.
También heredamos el buen o mal carácter, gustos determinados, la diligencia, la fuerza y el compromiso o las tendencias depresivas, neuróticas, psicóticas u obsesivas que caracterizaron posiblemente alguno de nuestros antepasados.
Somos parte del campo de información de nuestra especie y particularmente del campo de información de nuestra familia. Allí se alberga toda nuestra historia familiar la conozcamos o no. Esta historia está impresa en nuestras células llevando un orden que permite que la vida fluya a través de nosotros. Si no hay orden, si hay conflictos no resueltos, se traducirá cargas, en dolor, en limitaciones en nuestro progreso.
Al sanar las generaciones, se busca restablecer «El orden del amor» en los sistemas humanos. Esa es la base fundamental de esta propuesta tan hermosa que pretende incluir, ordenar, llegar al balance. Desde ahí ocupamos el lugar que nos corresponde, logramos más fuerza. Cuando podemos llegar al Orden, al reconocimiento amoroso de nuestra historia tal y como fue, el amor empieza a fluir y se manifiesta en bondades, en una vida más abundante y feliz.
Somos parte de una cadena que en pequeño, en el aspecto microscópico, es como el ADN y se extiende a toda la humanidad. Reconocernos como parte del conjunto, encontrar cual es nuestro lugar, responsabilizarnos de él, honrar a los que vinieron antes, incluir a los que fueron ocultados o no tomados en cuenta, agradecer la vida….es sanar.
Ahora que has leído todo esto, te dejo un regalito práctico y te invito a hacer el simple ejercicio de cerrar tus ojos, conectarte con lo más profundo de tu ser y de tu alma. Toma conciencia de que para que existas detrás de ti están tus padres y no importa lo que haya sucedido, llegaste a la vida y ese es el mayor regalo que Dios te ha dado y la vía que él eligió para darte ese regalo fueron tus padres. Imagina que detrás de ellos están los suyos (tus abuelos) y luego los padres de los padres de tus padres y así sucesivamente hasta sentir y visualizar una gran extensión humana…tu familia, tus ancestros…Tienes un origen, tienes raíces, llegaste a la vida acompañado. Siente ese respaldo, no estás solo/a, eres parte de una cadena de vidas, perteneces, estás vinculado, tienes la fuerza de ellos….y desde allí te volteas y reverencias con humildad y gratitud: sin ustedes no hubiese estado aquí, Gracias. Cuando sientas tu corazón agradecido por lo tanto que ha sucedido para que estés aquí, te giras de nuevo mentalmente y sientes a todos los que te respaldan. Ahora miras hacia adelante y a seguir la vida, por un camino R.E.A.L
Te deseo lo mejor!
Raquelina Luna
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