En muchas tradiciones antiguas se han tocado las campanas por diferentes motivos. El significado simbólico de la Campana viene por su sonido, aludiendo al Poder Creador, a la Voz de Dios como el Verbo Creador.
Existe un lenguaje de las campanas en la tradición de muchos pueblos, por la forma, el momento, el ritmo al tocarlas…. En esencia forma parte de un lenguaje universal. Algo particular es que el efecto de la vibración sutil de una campana es percibido por todo el cuerpo, por eso también tiene un uso terapéutico.
Uno de los toques es cuando las campanas se tocan “a vuelo”. Es un toque alegre. Se dejan voltear y volar para mostrar que estamos ante un día grande. Solía realizarse al llegar la Virgen o el santo en una procesión o en una fecha particular como, por ejemplo, el Domingo de Resurrección.
Por muchos años, en el ámbito médico y oncológico se ha usado el toque de campana cuando una persona ha sobrepasado el cáncer. Se ha llamado la “campana de la vida”.
Yo tomo todo lo anterior y aunque cada día al despertar, agradezco y toco las campanas de mi corazón al saberme viva, elijo físicamente tocarlas hoy como CAMPANA DE VIDA. Celebro el poder creador y sanador de Dios en mi.
Toco diciéndole a cada célula de mi cuerpo que estamos vivas, toco “a vuelo” porque celebro y estoy de fiesta de gratitud. Toco porque he sentido la asistencia de lo Alto manifestada de innumerables maneras. Toco para regalar esperanza a otros que están pasando por un proceso de cáncer. Toco diciendo una vez más Sí a la Vida.
Esta campana que tengo en las manos la compré en Suiza como regalo para mi papá. Hoy, día de la Altagracia, de quien también llevo uno de los nombres que él eligió para mi, comparto este toque con alegría, gratitud y gozo…y me quedo corta. Estoy segura que él, desde el cielo, también la escucha!
Gracias, gracias, gracias!